Arramblar
- Eulalia Gervás Pabón
*Dejar cubierto de arena el suelo por donde pasa un río en tiempo de avenidas. / Recoger y llevarse con codicia todo lo que hay en algún lugar. Mi corazón vive en Valencia, cuerpo y alma de esta calamidad que vivimos.
Eulalia Gervás Pabón
Hasta Mayo 23 Sánchez podía disimular. Parecía estar unido a su partido, brazo ideológico, capeando su debilidad política con socios estrambóticos que su partido terminó aceptando: la agenda radical sexual podemita, los indultos a los golpistas y corruptos ERE, la desigualdad entre españoles por comunidad autónoma, la agenda ecológica Ribera-Thunberg origen de incendios que analiza mi compañero Castañares en La Capital y origen de las cañas y el barro atorrentados contra el Levante valenciano.
Destapadas las urnas en Julio 23 todo fue a peor. Ahora ya sabemos que nos odia porque despojado de las apariencias, obligado a ser un guiñapo en manos de sus socios, ha quedado solo ante su destino de barro y fango y no hay que ser Merlín para verle remover los resortes, caiga quien caiga, evitando ser engullido por las arenas movedizas sobre las que habita.
Nos odia a todos, del Rey a usted. Odia a todos los que vemos de qué va este paripé de hacerse fama sin utilidad, como un mal actor, como un torero sin arte, como un cantante sin voz ni gracia, como un jugador sin buenos tiros ni marcar goles, sin bondad política, sin mayor cualidad que ser un maniquí manipulador y despiadado subido sobre nuestro Bien Común y con el Estado a su servicio.
Desgraciadamente el Psoe es experto en servirnos espontáneos sin mayor criba que subirse a la ideología que llaman progresista, atada siempre a la guerra civil. Pero no sólo ellos. La política admite candidatos sin experiencia real probada. Debería estar escrito que, para llegar a dirigir un partido político en España se haya demostrado siquiera saber hacer en gobiernos y dirección, empresarial o política.
Sánchez nos odia y nos muerde como el tiburón asesino que es, ahora ya sin ideología, como hemos visto en Valencia. Ni socialista ni de derechas, ni católico ni ateo, ni joven ni viejo, ¿cuándo un español ha dejado desamparados en la desgracia a otros estando a su alcance socorrerlos? ¡Nunca! Y tan nunca es nunca que sólo mirando las guerras entre liberales y carlistas, de la Eta contra España, entre comunistas y nacionales, reconocemos la crueldad de no enviar ayuda, de todo tipo y a la altura del primer mundo en el que pagamos por estar, no enviarla a Valencia desde el minuto uno. Abandono y crueldad mientras se ahogan personas y bienes en el fango que ya es, Sánchez, todo tuyo.
Desgraciadamente el Psoe es experto en servirnos espontáneos sin mayor criba que subirse a la ideología que llaman progresista, atada siempre a la guerra civil.
Tenemos un enemigo asesino en La Moncloa. El Psoe tiene un Alien con todas sus crías invadiendo Ferraz y se lo han comido. Y por eso Felipe González no deja de aparecer alentando otro Psoe, que no existe, pero para que no se diga que nada hizo, viendo desmoronarse su obra estando aún vivo.
Sánchez cabalga sobre el Estado, el nuestro. Sobre los Presupuestos nacionales, los nuestros. Sobre la Justicia, la nuestra. Sobre el prestigio de España, el nuestro. Sobre la Monarquía, la nuestra. También sobre la Deuda hasta hacerla estallar, que será nuestra. Cabalga sobre las desgracias y nuestros muertos, sobre los que gusta bailar, mentir y alardear de estadista.
¿Por qué la gente quiso zumbarle en Paiporta? ¿Por qué los ciudadanos no podemos verlo en la calle? Pues porque baila sobre las Leyes, las Instituciones, la decencia ciudadana, trampea con nuestras cosas todas, troqueladas para su servicio personal. “Si quieren más recursos, que los pidan”, que para eso los custodio yo bajo mi llave, le escuchamos sin dar crédito Y todo porque el PP ganó en Valencia. ¿Cabe mayor desgracia?
Nos libraremos de él. Los más rápidos han sido los jóvenes que ayudando en Valencia le han dado con la puerta en las narices. Los jóvenes han iluminado nuestra nación de luz y esperanza. Preservemos lo bello, bueno y verdadero en el corazón.
No podemos perdonar esta ruina, no podemos perdonar lo que se hace bajo nuestro mandato político. Si el Psoe militara en la Democracia, descabalgaría a este delincuente de ella y lo denunciaría en los juzgados. Pero no hay PSOE, ¿verdad que no?