Lo prohibido
- Eulalia Gervás Pabón

Los que de jóvenes fuimos inquietos, más curiosos de la cuenta, desobedientes, vanguardistas o raros, nos acostumbramos a vivir contracorriente sin apoyo de los hermanos, vecinos o compañeros de clase, mucho más integrados que nosotros. Vivíamos fuera de la corriente principal, por lo que discrepar y divergir fue la estupenda afición que llenó nuestra juventud. Al mismo tiempo, darnos collejas se convirtió en el pasatiempo de los que se afirmaban mejores que nosotros. La condición humana no ha cambiado: a la rebeldía le corresponde una colleja.
Se publican noticias y estadísticas, lo tratan en tertulias televisivas y periódicos, pronto harán documentales, las estrellas de TelePedro lo convierten en notición: los alumnos de instituto se están derechizando, ya no ven la tele, sólo el facherío de YouTube. Vean el titular RTVE 09/2023 “Pedro Sánchez ha advertido ante la ONU sobre la "profunda crisis de desafección y desconfianza hacia las instituciones" por una ola "extremista y reaccionaria" que ponen en peligro "la defensa de la democracia, los derechos fundamentales, la igualdad y la justicia social".
Eulalia Gervás Pabón
El eje podemita radical que gobierna el Psoe, tan revolucionario de la costumbre como activista religioso, nos ha impuesto al modo islamista su prédica: o te sometes o muerte política. Esta cuña contra la libertad ha provocado una inesperada reacción en los escolares quienes, no olviden, han sido los primeros sujetos en los que se ha sembrado la venenosa propaganda ideológica.
Fíjense cómo ha operado el Leviatán PSOE: Ha puesto huevos ideológicos en todas y cada una de las asignaturas del currículo escolar desde parvulitos hasta el bachillerato. Una maquinaria digna del soviet. Ni las matemáticas se han librado de la peligrosa y cursi ideología de género, la agenda climática, la negación antropológica del varón malo-malo, la supremacía legal de la mujer sobre el hombre, la destrucción de la familia porque preferimos mascotas a hijos y futuros ciudadanos, justificación del Estado como vaca sagrada e intocable, el gobierno prefiere la emigración a los nacionales discrepantes, lucha entre colectivos sobre qué práctica sexual vale más, justificación del insulto y el chivateo contra el discrepante, negación de auxilio ante las catástrofes, ¡que si necesitan ayuda, que la pidan... No sigo. La juventud saltó yendo a Valencia con un cepillo en la mano y su corazón español en la otra sin el permiso del poder político: hay España palpitante para rato, aunque no en la política profesional, ¡ay!
Los que vivimos la policensura, sabemos que nos culparán de transmitir el franquismo a las nuevas generaciones ¡nosotros que fuimos antifranquistas entonces! En vez de hacerse cargo del monumental pecado de prohibir la libertad política, el PSOE nos reprueba, censura, culpabiliza, como chivo expiatorio de que España no tenga remedio.
Lo que arrinconas, niegas, censuras, se agiganta y desprende un atractivo aroma. La curiosidad y la inquietud juveniles harán el resto
Al convertir todo el pasado en asunto problemático nada hay que nos una, tan sólo la nueva fe, proclaman. Los años 60 y 70 son un enigma en nuestro sistema político, nadie habla de ellos. El crecimiento anual al 9% explica nuestro actual nivel de desarrollo económico y el método capitalista de orden, trabajo duro y ahorro. Difundirlo sería una buena y bella manera de explicar a la nueva generación lo que debemos agradecer a las todavía generaciones vivas que lo hicieron posible, además de disponer de la visión positiva que como españoles necesitamos. Desgraciadamente para la izquierda y el nazionalismo patrios, el español debe auto despreciarse y si una sola mota de información jovial y meritoria sobre la España franquista se posa en uno de nuestros oídos, ¡lávate con lejía hasta que brote la sangre roja!
Una conocida, profesora de instituto, me comenta: ¡Hay alumnos que cantan el Caralsol, Lali, fíjate! Yo le cuento que en las Carmelitas con 15 años cantábamos canciones de guerra… del bando republicano, claro, porque eran lo prohibido. Si me quieres escribir, ya sabes mi paradero: en el frente de batalla, primera línea de fuego. Puso los ojos a cuadros, no era capaz de asociar aquella rebeldía con la de los chicos de ahora, ésta, demoníaca y aquella, libertadora. No es verdad. Ambas responden a la atracción por lo prohibido. Lo que arrinconas, niegas, censuras, se agiganta y desprende un atractivo aroma. La curiosidad y la inquietud juveniles harán el resto.
Les aseguro que, en el 76, nadie nos reprendió por cantar a voz en grito en el patio del colegio. Lo inaudito es que en estos tiempos de Progreso y Derechos sin fin sean los poderosos quienes desde arriba orienten su maquinaria para aplastar con insultos al ciudadano que ose señalar contradicciones sobre su perfecta mercancía utópica como si España fuera Irán. ¡¡Que viene el lobo!! Grita Pedro, como ayatolá. ¿Qué me dicen de cuando los jóvenes descubran a Siniestro Total en el 81 cantando Las tetas de mi novia o Ayatolah! no me toques la pirola.